Nací en 1983 en Madrid aunque me crié en una casa de campo en Castilla La Mancha, rodeado de montañas, plantas y animales. Desde que tuve uso de razón siempre preferí la soledad del dibujo o las manualidades a los deportes o actividades en grupo. Abstraerme de la realidad, mediante el ensimismamiento del trabajo creativo, me resultaba una experiencia tremendamente gratificante que continué perfeccionando en mi adolescencia. En 2002 ingreso en la Facultad de Bellas Artes de Madrid tras un año de preparación para la prueba de acceso en la escuela de dibujo Artium Peña. Durante toda mi etapa académica cultivé un profundo desprecio hacia el establishment cultural y por ende a los convencionalismos artísticos arraigados en nuestro tiempo. En 2010 me licencio en Bellas Artes en la especialidad de artes plásticas. Tras mucho deambular por concursos, pequeños festivales y humildes exposiciones decido erigir mi propio espacio de creación para conocer a otros con mi misma percepción del arte. Así en 2011 se inaugura La Casa Franca como un club, o centro de reunión, para artistas disidentes de los circuitos artísticos. Un par de años más tarde la frustración se apodera de mí, me alejo drásticamente de concursos y exposiciones, y transformo La Casa Franca en la actual organización de cultura experimental sin ánimo de lucro. Desde 2013 me centro por completo en la gestión cultural, descubriendo una capacidad innata para coordinar todo tipo de actividades artísticas y culturales. Mi fervor creativo se manifiesta en el campo del diseño, la utilería y la escenografía, participando en grandes producciones de primera línea y trabajando en entornos de renombre como el Teatro Real de Madrid o el Ministerio de Cultura de Cooperación Internacional. Desde 2016 un fortalecido ímpetu creativo resurge en mí y comienzo a realizar, en paralelo, una serie de piezas que son reflejo de una concienzuda interiorización de mis reflexiones en años anteriores. Así comienza una etapa de autoliderazgo sobre mi entorno artístico. Mi investigación pasa a centrarse en los códigos de conocimiento intuitivo como la magia, la reflexión exhaustiva o la meditación, y a partir de esos códigos desarrollar una mitología que los transforme en materia y concepto, a la que llamo «brujería contemporánea». Algunas palabras clave para entender mi trabajo son: orden, caos, máscara y verdad.
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