Marie Tooth es el alter ego con el que Patricia Aibar (1985) firma su obra. Este seudónimo nace de la unión de los nombres de los neurólogos que dieron nombre a Charcot-Marie-Tooth, enfermedad que le fue diagnosticada a la artista catalana en la adolescencia y para cuyo dolor halló en la pintura su vía de escape. Marie Tooth firma una travesía autobiográfica que se ha convertido para Aibar en una liberación que le permite despojarse de justificaciones y encontrar en la pintura una catarsis firmada por su seudónimo.
A los seis años recibió su primera caja de acuarelas, y desde entonces no se ha separado de ellas. Tras guardar celosamente su obra, en febrero de 2015 la muestra al público por primera en la exposición individual `Frágile ́. Así fue como desveló al mundo ese diario pictórico construido a golpe de pinceladas. Pinceladas bañadas de acuarela, pintura que considera la más noble por carecer de margen de error. El más nimio desliz no se puede ser ocultado cuando se trabaja con acuarelas, y el trabajar con una pintura carente de segundas oportunidades permite a Marie Tooth ahondar en las taras, esas que cree nos hacen verdaderamente diferentes y únicos. Porque como la artista asegura, “nuestra sombra no deja de ser nuestro niño interior reclamando amor, la versión más pura de cada uno de nosotros”.
Actualmente se encuentra centrada en la exposición individual `Limerencia ́.
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